Estamos ya cruzando las puertas del inicio de un nuevo año, el cual trae depositadas, por encomienda, muchas esperanzas, sueños, metas, propósitos entre otras bonanzas para cada uno, de igual manera sabemos que no es posible esquivar las pruebas que la vida trae y que son ineludibles: tristezas, decepciones, desengaños, miedos, cambios, decesos y otras penas, y que de hecho algunas no se han hecho esperar.
Cada día, que del 2010 transcurre, se convierte, para nosotros, en una nueva oportunidad para ser mejores personas; cada semana que pasa es un espacio del cual podemos reflexionar y descubrir los nuevos matices que nuestra vida va tomando, pero está en cada quien descubrir si esos matices son luminosos o si son obscuros; cada mes que pasa debiera ser un alto rápido para mirar atrás y enmendar lo corregible, y perdonar lo irremediable.
Cada jornada guarda una enseñanza exclusiva a nuestra propiedad, el éxito no sólo depende del entorno o de si las condiciones son las mejores, sino que también depende, y en gran medida, de la actitud de cada quien. No es posible construir la mejor estructura si el arquitecto no tiene ganas, por más que cuente con los mejores tractores, los insumos de la más alta calidad, los obreros más calificados, pero si el arquitecto no siente el ánimo de hacer bien las cosas: la estructura terminará siendo, en algún tiempo, ripio y escombros.
Corresponde, entonces, a nosotros individualmente buscar una luz dentro de la oscuridad de la incertidumbre, saber discernir sobre las oportunidades que se nos presentan, tener presente siempre que debemos salir de ese "cascarón" que muchas veces no nos deja pensar para sentirnos seguros, ya que mañana por la mañana volvemos a empezar.
Y ¿Qué más se podría decir?, Tú, ¿Qué opinas?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario