viernes, 25 de marzo de 2011
Con caligrafía renovada
Ya una cortina de oscuridad viste el horizonte en forma de noche, y es indicio de que la jornada ha finalizado, por fin.
Un día incómodo por asuntos fuera de mis manos, imposible depositar mi confianza en cualquier persona porque, igual, no había solución, me hubiera conformado con, al menos, la pantomima de la buena intención y deseo de ayudar. Ni modo. Y hablando con amigos, exponía escuetamente mi sentir y surgió una respuesta que me asintió en inconformidad, porque me alegaban que la ausencia de afecto incidía en mi ánimo. Inicialmente no lo consentí como una razón válida, pues mi molestia no era generada por nada cercano a la afectividad. No obstante, analizando en un contexto diferente, consideré que, no siendo ésa la realidad, podría beneficiar más estar enamorado y ser correspondido. Y, por momentos, creo que quizá sea el momento de interactuar afectivamente con alguien, el problema es que no me siento convencido por nadie o, al menos, nadie demuestra una voluntad convincente, y a veces pienso que quizá soy muy indeciso, porque nada me convence, no "encuentro manantial que calme mi sed". Pero también pienso, y me confunde, el hecho que quizá, por el contrario, sé bien lo que quiero y no se ha revelado aun.
Y sigo escribiendo mi historia con la misma tinta, del mismo color pero con caligrafía renovada, porque he decidido vivir, vivir intensamente. Aunque la tristeza me ataque, aunque la soledad me sofoque, aunque tú, mi amor, no estás, debo seguir adelante por mí, por ti, por nosotros...porque sé que llegarás en el momento y el lugar preciso. Y te pido perdón, de forma adelantada, porque quizá me encuentre con otros en el camino que me confundirán, pero sé que la vida se encargará de que esas experiencias se conviertan en escuela para ser una mejor persona, el hombre que quiero ser para ti.
Y, ¿Qué más se podría decir? Tú, ¿Qué opinas?
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